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A mi Hemingway no se le cae la guitarra

Posted on domingo, 9 de noviembre de 2014

 A Hugo
gracias por tanta sabiduría inocente
gracias por esa canción en ese momento

Hoy me encontré con Hemingway, o al menos con un personaje que volaba entre él y el viejo del pez espada. Pero mi barbudo no pesca, solo la sosobra del tiempo en la Plaza San Martín, el amor en la mirada de la gente que él recrea en poesía de guitarra. Llevaba las partituras de una canción que no conozco, ¿Agüero? no se a que sonaba, yo no se leer partituras, pero probablemente aquel momento sonaba a algún Nocturne, pero de aquellos que no son tristes.

Aunque nunca lo dijo directamente, yo se que él era un viejo del mar, de aquellos que miran a la lejanía buscando peces espadas, para combatir junto con ellos y compartir sus momentos de vino. Y entonces, qué pasa con las horas, las horas que los viejos del mar pasan en tierra firme, palpable y dura, qué pasa en los momento en los que no sueña?

Este Hemingway de carácter melancólico camina despacito y a veces se ahoga con el aire urbano, se ahoga a ratos entre la humanidad descolorida. El prefiere el olor del pueblo, los olores amigables que nunca te niegan el placer. La irremediable sintonía del artista hace a mi viejo un melancólico de ciudad, de plazas bajo el sol de invierno, de momentos mundanos, del aire que no llena.



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